El futuro de la demanda energética en la industria minera de Chile

La industria minera de Chile casi duplicará su consumo de energía hasta 2025 para desarrollar una multimillonaria cartera de inversiones, según fuentes de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

Chile es el mayor productor mundial de cobre, actualmente es responsable del 34 % de la producción mundial y la tendencia para los próximos 5 años estima un aumento sustancial en la demanda mundial de este mineral.

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Según Servicio Geológico de Estados Unidos el país andino tiene unas reservas de 190.000 millones de toneladas de cobre, un 26% más de lo que se pensaba hasta la fecha (150.000 millones de toneladas), por lo que al ritmo actual la extracción del metal rojo está asegurada por, al menos, otro siglo más.

El sector minero representa el 40 % de las exportaciones del país, y ha posibilitado que la economía chilena sea una de las más fuertes y robustas de Latinoamérica. Sin embargo, el incremento del ritmo de extracción favorecido por la constante alza del precio del cobre en el mercado, está provocando una fuerte descompensación en el balance energético del país, que actualmente no está preparado para suministrar la gran cantidad de energía que va a necesitar el sector en los próximos años.

Chile, por tanto, se enfrenta a un consumo energético cada vez mayor para cubrir las necesidades del sector minero. En los próximos 20 años será necesario añadir unos 18.000 GW adicionales a su matriz energética para satisfacer su demanda.

Industria-minera-chileActualmente, se están abordando importantes proyectos para suplir el déficit energético. Sin embargo, en palabras de Álvaro Merino, gerente de estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), "La nueva capacidad de generación que estaría en operaciones entre el 2014 y el 2020 es claramente insuficiente para la necesidades del país y particularmente para los requerimientos del sector minero"

Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas resume los problemas del sector en la siguiente declaración: “Mi mensaje es que estamos viviendo un momento muy difícil y no tenemos, en este instante buenas perspectivas, y que si no somos capaces de generar un nivel de liderazgo que se haga cargo de una vez por todas de estos problemas, desgraciadamente este problema sólo va a empeorar, me encantaría traerles una perspectiva más optimista, pero eso sería engañarlos, pero confió en que este país es razonable”.

Los próximos años se van a producir importantes cambios en el sector energético chileno, la necesidad acuciante y la voluntad política deben converger hacia la planificación y puesta en marcha de proyectos de eficiencia energética y de nueva generación eléctrica, basados en gran parte en tecnologías renovables e instalaciones tecnológicamente avanzadas.